El jardín de Forestier en Castilleja de Guzmán

El decreto 162/2005 de 5 de julio declara Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento, la antigua Hacienda Divina Pastora, su jardín y la Torre Contrapeso en Castilleja de Guzmán, Sevilla. La primitiva hacienda data de 1765 y su finalidad era la de servir como explotación olivarera.

En el siglo XIX fue adquirida por los Condes de Castilleja de Guzmán, siendo don Joaquín Rodríguez de Rivas y Gándara, IV conde de Castilleja de Guzmán, el que promueve un proyecto de reforma en el conjunto entre los años 1920-1929. Para ello se le encarga al arquitecto sevillano Gabriel Lupiáñez Gely su adaptación como residencia familiar y al afamado paisajista y botánico francés Jean Claude Nicholas Forestier el diseño del que sería su trabajo postrero, el jardín de recreo.

De la reforma de Lupiáñez no queda nada tras las transformaciones realizadas en el edificio por Juan Talavera Heredia, entre 1944-1948, para adaptarlo, una vez cedida la finca a la Universidad de Sevilla como residencia universitaria bajo la denominación de Colegio Mayor Santa María del Buen Aire. En el curso 2013-2014 el Colegio Mayor echó el cierre y ahora están en desuso.

El jardín, de 26000 m, cuenta con más de 60 especies vegetales diferentes entre árboles, arbustos y plantas que realzan y articulan las avenidas y los espacios. Se ubica en la fachada trasera de la casa, llegando hasta el arranque de la cornisa del Aljarafe que hace las veces de mirador. Responde a un estilo que él mismo denomina “jardines bajo el clima del naranjo” o también “jardines mediterráneos”, propio del sur de España e Italia y Norte de África. Es una superficie ordenada que aún conserva su trazado primitivo, con tres grandes terrazas que se comunican mediante escalinatas. Inicia el recorrido el llamado jardín alto, de planta rectangular, de donde parten tres avenidas, una central que finaliza en el jardín del estanque y su evocadora columna de mármol, y otras dos laterales que se articulan diagonalmente una conduce a un mirador octogonal y el otro hacia la zona del campo de deportes.

 

Joaquín Voltes Gálvez, Universidad de Sevilla.

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