La Colección de dibujos académicos de la US

El hallazgo fortuito de una cartera de dibujos por parte del director de la Escuela de la Real Academia de Bellas Artes de 1ª Clase de Sevilla, Claudio Boutelou, resultó ser el origen de la actual colección de dibujos académicos de la Universidad de Sevilla. Un conjunto que supera los 270 dibujos y que en el momento de su descubrimiento abarcaba una secuencia cronológica que iba desde la primera mitad del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX.

Según las actas de la academia, en agosto de 1889, Boutelou se encontraba ordenando los trabajos de los alumnos de la Escuela cuando encontró dicha colección procedente de la etapa anterior de la institución, la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel. Ante la magnitud del descubrimiento, lo compartió con el resto de académicos, acogiéndolo con gran entusiasmo.

Tras ordenarlos cronológicamente, vio que era posible formar una serie casi completa desde mediados del siglo XVIII, que pudiese completarse con algunos ejemplares del momento actual, y que fuese factible de ser expuesta. Ésta tendría importancia, no solo para el estudio del alumnado, también para conformar la historia de la enseñanza artística de la escuela sevillana.

 

Contando con el apoyo de la Junta Académica, se abordaron algunos aspectos encaminados a complementar y revalorizar el discurso de la historia del dibujo. Para ello, trataron de incorporar algunos trabajos de los antiguos maestro de la escuela sevillana, algo de gran dificultad debido a la alta estima que gozaban, optándose como solución la de recurrir a las reproducciones.

El siguiente paso lógico consistió en el intento de incluir obras de aquellos artistas que habían conseguido consagrarse tras acabar su formación en la Escuela, a fin de que contribuyesen con la cesión de algunos de sus dibujos.

Otro cauce importante para incrementar la colección fue el que ofrecían los estudiantes pensionados en Italia, los cuales debían remitir de forma periódica, como contrapartida, alguna obra o dibujo que diesen prueba del aprovechamiento de la beca. Se pensó en solicitar a la Diputación Provincial, que los beneficiarios de la prestación que esta institución concedía en Roma, donasen sus obras al gabinete de la Academia.

Escasos años después, al separarse la Escuela de la Academia, se generó un tedioso proceso de reparto de bienes. Los dibujos que, con tanto cariño, Claudio Boutelou reunió se consideraron material de estudio para profesores y alumnos, quedando en posesión de la Escuela.

No tenemos constancia de los derroteros por los que pasó la colección hasta 1985, cuando aparecieron dentro de un arcón de madera en un depósito de la Facultad de Bellas Artes. Tras ese “segundo hallazgo”, la profesora Mª Fernanda Morón de Castro, dirigió un proceso de catalogación y conservación que culminaría en 2015 con la tesis doctoral de Virginia Sosa, donde desarrolla un pormenorizado estudio de los dibujos, autores, procedencia y conservación.

La colección aglutina una gran variedad de tipologías de dibujos, sobre todo, atendiendo a las distintas asignaturas que se impartían en la Escuela (principios, modelos de yeso o del natural…). Hay dibujos tanto de profesores como de alumnos, todos de un enorme nivel.

Extractado: Besa Gutiérrez, Rafael de; Voltes Gálvez, Joaquín. Francisco Bayeu. “La colección de dibujos académicos de la Universidad de Sevilla”, en Artigrama, nº 33, 2018, pp. 347-350.

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