Santísimo Cristo de la Buena Muerte, 1620
Juan de Mesa y Velasco (Córdoba 1583-1627)
Madera de cedro tallada y policromada al óleo
215 x 140 x 0,64 cm 1620
Restaurador: Pedro Manzano
Fecha de restauración: 10/9/2018 a 10/1/2019
Patologías: El estudio realizado mediante imágenes médicas – radiografías y T.A.C.-, realizado el 9 de noviembre de 2016 detectó diferentes alteraciones, destacando las desuniones y fisuras entre los ensamblajes de la madera, como los producidos entre los pliegues de la zona inferior del perizoma en su unión con la región femoral posterior del muslo de la pierna izquierda y también en la zona del lateral derecho; Desunión entre las piezas de madera que dan forma al abdomen y a la espalda en el interior de la imagen. Levantamientos de los estratos de policromía y preparación. Ligera suciedad superficial producida por los daños medioambientales.
Intervención: Se han fijado y consolidado los estratos de estuco y policromía de la imagen; Se han consolidado las grietas chuleteándolas con finas láminas de madera que se han fijado con acetato de polivinilo localizadas en la cabeza, cuello, brazos, hombros y en algunos ensambles; Se han insertado sendas piezas de madera en las zonas de contacto entre las manos y el patibulum dotando de una gran firmeza y equilibrio a la fijación del Cristo con la cruz; Se ha efectuado una limpieza de la suciedad superficial mediante disolventes que respetan la policromía de la imagen. Se han reintegrado cromáticamente las pequeñas lagunas de policromía, así como las grietas subsanadas en el soporte de la imagen. Protección final con resinas sintéticas estables y duraderas.
El Santísimo Cristo de la Buena Muerte fue un encargo para una Hermandad de Sacerdotes jesuitas constituida en la Casa profesa. No consta que su advocación inicial fuese la que actualmente tiene como Cristo de la Buena Muerte. El contrato se firmó el 13 de marzo de 1620 entre el imaginero y el prepósito de la Casa Profesa, Pedro de Urteaga y dice: “Sepan quantos esta carta vieren como yo Juan de Mesa, escultor, vezino desta çiudad de Sevilla, en la collaçión de san Martín, otorgo y conosco que soy conbenido y concertado con el padre Pedro de Urteaga, prepósito de la casa Prosefesa (sic) de la Compañía de Jessus desta çiudad de Sevilla. En tal manera, que yo sea obligado, y me obligo, de hazer y dar hechas y acabadas dos ymágenes de escultura: la una, un Cristo crusificado y, la otra, una Magdalena abraçada al pie de la cruz (+), de madera de çedro, anbas a dos de la estatura ordinaria umana. Por preçio de siento y sinquenta ducados que se me an de pagar desta manera (…)”.