Encuentro 92. Cristóbal Gabarrón

Para la Exposición Universal celebrada en Sevilla en 1992, que pretendía conmemorar el 500 aniversario del descubrimiento de América, la Fundación Cristóbal Colón le encargó al pintor murciano Cristóbal Gabarrón la realización de un mural de proporciones grandiosas, con una longitud de algo más de 700 metros cuadrados, que fuera el sello distintivo de la misma.

El 1 de abril de 1992 se inaugura esta colosal obra fijando su ubicación en la Plaza de América. El mural, realizado en pasta templada trabajada directamente, se proyecta como ejemplo de encuentro, reconciliación, concordia y solidaridad entre culturas. Todo ello magnificado por la enorme fuerza expresiva que se desprende de la grandeza, colorido y la plasticidad de los múltiples esquemas compositivos ideados por el artista muleño.

La obra pretende ser una historia de la diversidad humana, con sus diferentes ideas, costumbres y particularidades, y de cómo se han de articular mecanismos, basados en el respeto a la pluralidad, que permitan la integración de todos los pueblos de nuestro planeta para que puedan convivir en paz, siendo capaces de crear vínculos de solidaridad universal que nos permitan avanzar juntos.

Es por ello por lo que el trabajo de Gabarrón trata de aunar diferentes aspectos de tipo cultural, simbólico, filosófico e histórico, buscando congeniar la pureza de los elementos autóctonos indígenas del pasado y su relación con la naturaleza, con los procedentes del Mundo Moderno y Contemporáneo que son fruto del avance de la Tecnología Científica.

Muros atados que representan los lazos de unión de las diferentes razas; el mar como principio de vida; las velas y barcos haciendo alusión al encuentro de los hombres y a la difusión de los conocimientos, lo que supone el fin de las fronteras; la utilización del lenguaje de letras, signos y gestos encriptados como medios de expresión y comunicación a lo largo de los diferentes periodos históricos; la diversidad de hábitat y nichos ecológicos; los hombres y sus miedos en forma de monstruos; la manera de concebir la muerte; la ciencia con sus modernos satélites… Pudiéndose afirmar que es el sincretismo cultural, basado en la tolerancia y el intercambio de ideas, lo que constituye el soporte para la integración y el hermanamiento entre los pueblos, provocando a su vez la evolución de una sociedad cada vez más globalizada.

Tras la finalización de la exposición del 92, se produce el traslado de la Escuela Superior de Ingeniería Técnica a este espacio, teniendo que ser remodelado entre los años 1993-1994 para adaptarlo a los nuevos usos universitarios, lo que afectó a los murales que fueron aparcados en un sótano. Por iniciativa del Subdirector de Infraestructura y Equipamiento de la Escuela, Alejandro García-Lomas Jung, al cual hay que agradecer su interés, esfuerzo y disposición, volvieron a ser recolocados, adaptándolos al espacio interior del edificio, lo que motivó que el discurso narrativo original se viese ligeramente alterado.

J.V.G.

 

 

 

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